Una oleada de invasiones, por pueblos que ni se sabe bien de donde vinieron, arrasaron súbitamente las civilizaciones que llevaban siglos de hegemonía allá por los años de la pera entre el 1200 y el 800 AC. En esa oportunidad, que se le conoce como la primera edad oscura de la historia, solo la civilización de Atenas, guarnecida en lo alto de la Acrópolis, resistió la destrucción. Lo demás quedo hecho leña, por decirlo sin suciedad.
Entre los siglos IX y XIII se repite el plato produciéndose una segunda etapa oscura en la que hubo poco, y según los exagerados nada de progreso. Fue una etapa que determinó, eso sí, un declive que condujo a otro colapso social de la cultura Occidental. Los crímenes eran algo común por la impunidad que existía. Ladrones y asaltantes estaban en su garbanzal en un periodo dominado por el aislamiento, la ignorancia, la teocracia, la supertición y el miedo alimentado por la inseguridad endémica, la violencia y la brutalidad de guerras e invasiones constantes y epidemias apocalípticas.
Mas cuando alguien apaga la luz otros la prenden y es así que cada una de estas etapas negras generaron la reacción y recuperación de las culturas en peligro de hacerse humo.
De la primera edad oscura deriva la etapa en la que los griegos alcanzan su máximo esplendor constituyéndose en la raíz de nuestra cultura. Del segundo periodo “oscuro” surge el Renacimiento con el desarrollo del humanismo que planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano tras siglos de predominio de la mentalidad dogmática establecida en la Europa de la Edad Media.
El presente nos ofrece la suerte de protagonizar otro punto de inflexión en los traspasos entre “oscuridades” y resurgimientos. El falso capitalismo con el que venimos operando desde los años 50s del siglo pasado se ha entrampado, y con el nosotros, en un “ya no da mas”. La fuerza de lo creado, por si sola, ha iniciado una transformación que aun no la perciben las mayorías, ni aceptan la mayoría de gobernantes que son los grandes responsables por su obsecuencia con los económicamente poderosos y equivocados que desde hace seis décadas han secuestrado un sistema económico con el que se debió alcanzar el máximo progreso del bienestar social de la entera población mundial pues con los avances tecnológicos y científicos la carestía de bienes y productos son simplemente fruto exclusivo de la absoluta maldad de los que adoran el oro y el dinero desde sus propias entrañas y desviados genes.
Ese torpe y falso capitalismo liderado por el titán del siglo XX, los EEUU, que se abocó en sembrar crisis por el mundo con el objeto de desarrollar su versión del “libre mercado y democracia” queda transparentemente revelado con las palabras de Mike Battles un ex-agente de la CIA que operó en el Irak invadido: “para nosotros, el miedo y el desorden nos representan una real promesa. Miedo y desorden son los elementos catalizadores para un nuevo salto hacia adelante” ¡Guau! Un salto hacia adelante dentro de su trastocado lenguaje.
Friedman el gran generador de esta espantosa oscuridad contemporánea les aleccionaba a sus muchachotes, los ya tristes y famosos “Chicago Boys” diciéndoles: “Solamente una crisis –real o creada- produce un cambio real.” “…hasta que lo políticamente imposible se transforme en políticamente inevitable”. A entender: legalizar lo ilegalizable.
Este economista diabólico logró cambiar el curso que el hombre sensatamente había tomado, como consecuencia de la seria advertencia del año 1929, iniciando los ajustes y correcciones que el sistema económico requería.
¡No! crisis y descontrol con la ganancia de pescadores amantes de los ríos revueltos es por lo que, lamentablemente, optamos.
Ahora, tenemos la misión de rescatar de peligrosos truhanes el herido capitalismo. Eso si, si es eso lo que queremos. De otra manera la desesperación de los hambrientos oscurecerá más el final de nuestros días por vivir. Pues, hay gente afilando guillotinas, hoces, y “usa-bles” atómicas destructivas.
Prende la luz, Marilú.
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