Decía, hace unos días, que si
queremos ser parte de la solución y no del problema, debemos avanzar de la
denuncia a la propuesta, pero que jodido es proponer algo. No porque no
se nos ocurra, sino que con tanta agresividad con que nos tratamos unos a otros,
uno se corre el riesgo de ser juzgado y hasta sentenciado a penas que son tan
fuertes como la otrora común y corriente lapidación. Pero, y vale el
pero, callar enferma.
Es así que me atrevo a proponer que tomemos el hilo
enmarañado y busquemos ovillarlo desde el principio.
A como Dios se viene comportando con nosotros desde el
día en que nos arrojó a la calle por la discutida falta a la prohibición de no
cogerle sus manzanas, propongo crear un nuevo Dios. Un dios que no
requiera como el actual de tantos intermediarios y lo que es más que en el
lugar de castigarnos nos premie por haber nacido sin tener que pasar, antes,
por pruebas innecesarias. Nuestro Dios, si sabrá todo y hará mejor
las cosas; enviará al paraíso a los buenos y a los malos al infierno desde el
saque, permitiendo con esto que los hombres respetemos su gran creación.
Una vez dado este gran paso, disfrutaremos haciendo de
este mundo un mundo mejor que no requerirá de tanta alabanzas al !Señor! y si
tendrá muchas alegrías al compartir la agradable tarea de reconstruir un
paraíso abandonado.
Si me van a tirar piedras, tírenlas despacito por
favor. Gracias. Es solo una propuesta.