Wednesday, November 17, 2010

Vamos ó Nos llevan

El mundo esta cambiando y tan rápidamente que por momentos perdemos la idea clara de lo que nos esta sucediendo. Pensamos que vivimos dentro de un sistema que posiblemente ya no existe. No se asusten, no tiene nada que ver con filosofía y si mucho con el pan de cada día.

Por los lares por donde transita, ahora, nuestra carreta de ya eternos emigrantes, está pasando algo que predomina en casi todo el mundo. En las tres últimas décadas, en Los Estados Unidos, el 1 por ciento al tope entre lo que mas tienen, que en el año 1980 poseían el 9 por ciento del ingreso nacional, lo han incrementado para acumular, hoy, el 24 por ciento. Canadá, fiel a su actitud de buena seguidora, esta en el mismo camino; su uno por ciento ricachón ha duplicado, en el mismo periodo, el 7 por ciento que tenía. Evidentemente, son riquezas mal distribuidas.

Que coincidencia, dirás ahí donde estes, lo mismito pasa aquí. Y si, estamos pues “globalizados”.

Con la segunda ola de la presente crisis que ya llega y hasta ya esta casi aquí, el gobierno americano baja las banderas de la esperanza y el cambio, y las remplaza por la del continuismo. Seguir dándole al cántaro hasta que se rompa, ó se produzca el milagro ó se decidan a utilizar lo que llaman sus usables bombas atómicas, ojo, usables. Pues, el atacar pueblos a punta de bala y bombitas que matan de 100 en 100 es muy costoso y ha llegado el momento de recortar gastos. Cáiganse de espaldas, recortar, también, impuestos a esos unos por cientos y cercanos seguidores. Demócratas Republicanos, Liberales Conservadores, llámemeles como se antoje, mas los políticos están demostrando que el poder ellos no lo tienen, se deben a ese gran capital acumulado que los ha comprado.
La solución no vendrá de los políticos sometidos sino de aquellos, que contra corriente, desafían a quienes con el dinero y la fuerza y poder que este les proporciona no dejan de hacer este mundo: mierda. El limitado poder con el que ahora cuentan estos sobrevivientes del sistema, se ira incrementando a medida que los ciudadanos nos vayamos percatando de la alienación que nos priva de imponer una democracia libre de titiriteros y marionetas.
Uno de los “más más” de la Corte Superior De Justicia De Los Estados Unidos Louis Brandeis lo indicó claramente: “Nosotros podemos tener democracia… ó podemos tener gran riqueza concentrada en manos de unos pocos. No podemos tener ambas.”


Saturday, November 6, 2010

COLUDIDA CORRUPCION

Como corregir un sistema corrupto sin detener el crecimiento económico es uno de los grandes retos que el Perú debe enfrentar.


El país crece económicamente y en forma descollante; sin embargo, la corrupción crece paralelamente y se encuentra pavorosamente institucionalizada, normada. Ha dejado de ser considerada, por alarmante multitud, como una aberración; al punto que el “roba pero hace” es un merito calificador.


La manía de sacar provecho personal de un puesto de trabajo, publico o privado, es costumbre añeja. Se aferró en la costumbre regional desde los remotos siglos del rampante coloniaje y que desplazo a nuestra sencilla y funcional moral de no robes, no seas mentiroso y no seas holgazán. Moral que nos encumbró.


La extensión de servicios y oportunidades para el que paga, y el desarrollo de la habilidad de gobernar dividiendo, es la política que ha prevalecido desde ese entonces.


Desde el virrey hasta el último de sus chupes financiaban su “sacrificio” en tierras inhóspitas conquistadas, agregando a su salario las mordidas que el cargo le confería. Implementando los deseos de sus amos y señores con lealtad absoluta. A la menor discrepancia, el puesto quedaba vacante. Por esa razón los burocratas de la corona duraban muy poco tiempo. A sabiendas de esto, el burócrata amasaba fortuna y tenia lista las maletas para regresar a su añorada civilización y disfrutar de las ganancias cosechadas. Esa mentalidad se mantiene a pesar de los largos años de republica.


A esta histórica fuente de corrupción se han agregado otras provenientes de las mafias de traficantes de drogas, de la elite que ostenta el poder económico, y entre otras más, la de políticos oportunistas que pescan en río revuelto y desconcertado. Estos grupos, de alguna manera han entendido que tienen algo en común, el seguir enriqueciéndose a expensas de la salud nacional, es decir, coludir. Los pactos políticos descarados entre otrora supuestos adversarios nos confirman que las mafias están solidamente amalgamadas.


La corrupción es una de las causas por las que el país se ha acostumbrado a vivir con una distribución de la riqueza escandalosamente desigual. Sigue primando entre los que ostentan el poder la mentalidad del foráneo apatria que no logra identificarse con el país y su pueblo; por lo que no deja de ver al país como una mina a saquear.


Aparentemente, el erradicar la corrupción es costoso pues implica el incremento de sueldos de los empleados implicados incluyendo el del presidente, los ministros y contralores que deberán prestar sigilosa atención e imponer el cumplimiento de normas y leyes; mas solo aparentemente pues el dinero requerido provendrá del que se dejará de perder en los tratos “bajo la mesa”.


Cambiar de rumbo es duro y demanda decisión, coraje y fuerza para encontrar el camino. Sobretodo cuando hay raíces profundas que nos enquistan en una mala formación. Mas, no tenemos alternativa pues de continuar la zenda actual nuestras riquezas naturales volverán a traernos mas perjuicio que beneficio una vez más. El cántaro puede romperse.


Ha llegado el momento de dejar atrás la era de virreyzuelos y emperadores de una vez por todas. El pueblo es el que puede y debe decidir.