Sunday, August 9, 2009

Dichosa Equivocación

Sembró esa mirada la esperanza
que negó tu primer rechazo.
Tenia dudas
de mi
de ti,
de lo que diría
tu madre
del Zambito Del Pelo Claro,
de mi interés por ti
de tu rendición a mí.

Te pregunté al irme
si nos despedíamos
con un beso o nos dábamos la mano,
elegiste esta;
mas lo tomé
como un gesto más
de tu tierna timidez,
tornando
un no
por un sí
y así
encontrar
el Hogar donde hoy
se abraza leña
que niega oráculos indeseados.