Sunday, January 23, 2011

Lección Aprendida

Hay lecciones que uno nunca olvida, “Lo primero que pienses siempre estará mal”, decía un extraordinario profesor de aritmética.  Tenía razón; basta con dejar de lado un solo dato y la conclusión estará equivocada.

Aprendí luego que esa pauta no solo rige para las matemáticas.

Por ejemplo, pensaba que los “gringos” eran torpes en política exterior.  Gran error.  Y que mejor que sentirlo, comprenderlo, palparlo, intuirlo y resolverlo (palabras del mismo profesor) que analizando un buen ejemplo.

Una semana antes de la primera guerra “Del Golfo”, April Glaspie, la embajadora norteamericana en Bagdad, le aseguró a Sadam que los EEUU no intervendrían en un pleito entre árabes.  Saddam le creyó, atacó y se jodió.

El economista ingles Paul William Robert revela en su libro La Comedia Endemoniada, que hay una clase de “teoría de campo unificado” que explica todo…
George Bush (Padre) estaba hasta la coronilla con los kuwaitíes por el trastorno que estaban creando en Europa desde que descubrieron que ganaban un chupo de plata moviendo su capital de una moneda a otra.  Especulación. Problemita que tenemos desde que hemos convertido el dinero en mercancía.  Y, la bolsa era grande pues solo el Sheikh Jaber Al-Sabah (cabeza de la familia que gobierna Kuwait) tenía un ahorrito de 100 mil millones de Dólares Americanos (100 billones en ingles); riqueza producto de tanto petróleo y tan poco reparto.  Si alguien invadía y destruía la ciudad de Kuwait e incendiaba los pozos de petróleo del emirato, la plata que les estaba sobrando a los kuwaitíes tendrían que utilizarla en la reconstrucción y en apagar los ardientes pozos.  Los estadounidenses estaban listos para ambas tareas, y como se les iba a negar si ellos serían los salvadores del indefenso y agredido país.

Lo magistral de la jugada es que no solo iban a matar dos pájaros de un solo tiro ¡sino tres!  Pues además de darle duro a Irak (lo bombardearon con 90,000 toneladas, si toneladas, un ¡culo! de bombas) y de parar la especulación de los kuwaitíes; el gasto de las operaciones se las cargarían a los Saudis, pues una fuerza global de seguridad no resulta nada barato y eso era lo que Arabia Saudita necesitaría en tan peligroso vecindario.  Al mismo tiempo de cubrir los gastos se dieron maña para establecer una base militar permanente en Dhahran, donde no por coincidencia, habían construido el campo de aviación más grande del mundo después de la Segunda Guerra Mundial.  Ahora si que se puede juzgar la jugada como: maquiavélicamente brillante.

Ningún estadounidense en la historia americana ha tenido tantas posiciones y de tal poder como George Bush (padre); en veinte años ocupó la presidencia por cuatro años, la vicepresidencia por ocho y encargado de portafolios importantes (terrorismo y narcotráfico –dos actividades, que por coincidencia o ironía, experimentaron un crecimiento floreciente durantes su gestión), director de la CIA, embajador (extraoficialmente) en China, embajador ante las Naciones Unidas, y dos veces congresista. Nada mal para alguien que de joven se aventuró en el negocio del petróleo iniciándose como un dependiente vendedor.

Norman Mailer describe a George Bush (padre) como un malévolo personaje: misterioso, sangre fría, taciturno, imperturbable y mortífero.  Perfectas cualidades, por supuesto, para resolver crisis.  Desafortunadamente, han escogido la guerra como solución a su crisis.   Guerra contra sus “endiablados” enemigos.

Al respecto, pensaba que las guerras eran entre países enemigos.  Una vez más, errado.  Las guerras son entre las dos clases de gente que siempre han existido en este mundo; unos que priorizan el negocio antes que todo y otros que quieren vivir en paz y armonía con lo creado.  Dos clases humanas irreconciliables.