Sunday, December 4, 2011

Domingo Placentero

Hoy día todo lindo y relajado debería haber sido; y más aun, con todos mis nuevos conocimientos sobre el control mental y cosas por el estilo.  El día, como decía, debía ser DOMINICAL, es decir sin apuros ni sobresaltos.  Desayuno temprano para domingo a golpe de ocho pues dejaría a Rita, mi linda mujercita, en la iglesia para la misa de las ocho y media y  yo aprovecharía para comprar lo que faltaba  pal’ richifú.  Cambio de programa al escucharla decir que me apure pues sino no hay tiempo.  Como gurusazo experimentado seguidor de las técnicas tibetanas, exhalo y resueno un profundo uuummm…  Calmo, todo yo, prosigo tranquilo.   Mi amoooouuuurrrrr anda tu por tu lado que cuando regreses saldré !inmediatamente! a comprar lo que hay que comprar, ¿Ok?.  Tomamos el desayuno tranquilos. Presión sanguínea 112, súper excelente para viejito de mis años.  Rita se va y yo me pongo a jugar un par de partidas de ajedrez.  Gané anbas con poco esfuerzo pero como siempre hay algo de tensión, presión a 113 con el trece de la buena suerte, si chino eres, y como algo tenemos de eso, tamo bien.  Regresa Rita,  y yo viendo a mi Ruzo que pedía una vueltecita por el vecindario, sugiero ir a pasear al parque los tres juntos, Bestial pero con una condición no lo sueltes de la correa pues sino no regresa cuando lo llamemos y tiempo hoy no nos sobra, No mi amor no lo suelto.  Todo estaba cachete pues  eran las 9 en el reloj del micro-ondas y a las 11 era la cita que tenía en la peluquería a la cual la acompañaría.  Regresamos y rapidito nos vamos pa' donde teníamos que ir. 

Saliendo en el carro, sincronizamos relojes como hacen en las películas de acción y ahí fue que arrancó la subida de presión en la bolsa, como pasa cuando panda el cúnico entre los inversionistas, !Como que viste las 9 si la misa terminó a las 9 y ½ pues fue misa de seis padres y de ahí, incluso, me fui a comprar las tarjetas para el teléfono y....,  !Joder, ya no llegamos! mi amouuuuuurrrrrr!.  Metí fierro a fondo y el “Super Six”, mi bólido japonés made in Canadá, cosas de la huevobalización, iba como un rayo.  Así, yéndonos hechos una huaraca pasamos por donde un patrullero que le estaba poniendo una multa a un irresponsable de esos que siempre andan apurados hasta en Domingo, fíjate tu.  Opto por desactivar los inyectores y evitar así una multa a pagar pues acá la policía esta a abocada a combatir el tráfico y no de drogas precisamente.  Continuamos el apuro a velocidad permitida que dicho sea de paso es un excelente ejercicio de paciencia y como en eso estamos, aprovechamos a reforzar influencias orientales.  Sigue el ok; mas, a velocidad paciencia pasa el tiempo pero no las cuadras y ahí es que el proletariado arrancó con sus criticas clasistas, Siempre me haces esto, para ti el reloj no existe.  Es en estas situaciones que a mí me brota un radicalismo empresarial.  Córtala mi amouuur que la culpa es del gobierno y sus insensatos cambios de horas que disque que para salvar energía y no salvan nada y mas bien hacen que uno consuma más en medio de desadaptaciones horarias que exigen la reprogramación de todos y cada uno de los relojes encadenadores, mi cieliiiito. 

En frío silencio y a velocidad tortuga continuamos el viaje y como siempre pasa cuando sucede, la peluquería bendita estaba más lejos de lo que recordaba; resultado: Presión 128 y en subida como cuando hay demanda e insuficiente producción.  Por fin, llegamos.  La dejo con besito reconciliador suplicante.   Para hacer tiempo, decido ir a una tienda cercana a comprar la cadena para colgar la jaula del canario.   Compro la cadenita, justo la que buscaba; todo ya Dominical otra vez: Presión 122, alivio consumista; ya puedo comer los huevos fritos con sal y sin preocupación.  Regreso a mi carro y como habíamos quedado en que me llamaba si el peluquero terminaba antes de lo esperado voy de regreso con toda calma pues no hay llamada alguna.  En esa calma iba, cuando me percato que estaba por quedarme sin gasolina.  Doy vueltas, no hay grifo por ningún lado.  ¿Por qué será que cuando uno busca algo no lo encuentra?  Estoy en una zona nueva con muchas autopistas que se convierten en una maraña laberintosa; una vueltita equivocada y te vas al ¡carajo!  La aguja del medidor se acerca a la línea de peligro: te quedas sin gas en cualquier momento.  Lo ganando se pierde: presión a 128, sin comentario.  Por suerte no me pierdo y llego a la peluquería sin haber encontrado grifo alguno, Amor súbete a la volada que nos quedamos botaos, y ni me digas que solo a mi me puede pasar una cosa así.  Sube al carro, está linda lindísima, Muy bien te han cortado y peinado mi amoooouuuuuur!!!!!!!!!!  Si, Alan es un trómen,  Y amorcito, ¿Cuanto costó?  Silencio.  Miedo.  Presión a 134 y va pa’ ejercicio cardio, Ni te digo porque te da chucaque.  Presión: 141.  A la mierda con la sal y ni pensar en huevos fritos.  Llegamos al inubicable grifo, mas el alivio duró poco, Mi amor ¿Aprovechamos para ir a Ikea? que queda por acá.  Nos vamos pa' la tienda.  El almuerzo de medio día será a hora canadiense costumbre que pensé nunca me acostumbraría pero costumbres se hacen.  Presión 188, como para llamar a los paramedicos.  Doblo para dirigirme hacia la tienda Ikea, y doblo equivocadamente; ahora si me pierdo pero ya tenemos gasolina y que mas, pasearemos un rato.  Trato de poner orden dentro de mí, pero ahí comienzan mis otros yos a rumiar, los antiguos, los superados ya casi, cosas del revisionismo que acompaña toda revolución; al final, me derrotan los revisionistas que siempre termina de mayoría y arranco a renegar como hacía antes cuando no era tan… meditativo.  Presión estable pues se reafirman los tibetanos sobre los neuroticones.  Colmo premio, un agradable paseo a la nueva IKea que parecida a la otra que tiene la ciudad pero esta es nuevecita.   Compramos algunas cosas que siempre se necesitan.  Hambrientos nos vamos a la casa, pero antes entro la super a comprar lo que debía de haber comprado en la mañana en lugar de jugarme esas complicadoras partidas de ajedrez.  Ya en el super, Rita da un sobresalto,  ¡Mi cartera!!!!!!, Pero donde la has dejado mujer,  No se, no se, no se donde la he puesto.  Su corte de pelo le queda lindo sus ojitos verdes resaltan con el chivillo negro de su cabello,  pero estamos en lo de la ¡cartera perdida!...  ¿No la habrás dejado en el carro?, A ver, dame las llaves para chequear.  Sale apuradita.  Voy apurando colocando en el carrito lo indispensable pues presentía que íbamos de regreso para Ikea.  Regresa.  Esta calmada y alegre con su cartera perdida y encontrada.  Flaquito, ¿pasamos por la botica a recoger el pedido que acaban de llamar que el pedido está listo?  Aliviado por no tener que darnos el trajinón de ir en busca de una cartera perdida y con presión controlada, Claro Cholita, y aprovechamos a comprar, al ladito,  unos vinitos para la comida.   Finalmente, llegamos a la casa divino tesoro.  Están mis hijos por pedir pizza y nos preguntan si tenemos algo para el pozo, Pero no hijito que si vamos a cocinar algo rico y saludable.  Aceptan.  Arrancamos con la preparación del almuerzo-lonche-cena; abro una botella de vino y nos ponemos en grupo a pasarla bien preparando el richifú. Mi amor, ¿Si Cielito?, ¿Bajaste las cosas que recogimos en la botica?,  No, Yo tampoco, Anda déjate de bromas, !Las dejamos en la caja!,  Si, al parecer no las trajimos, Dame las llaves que voy por ellas, Tas loca, pa’ que pierdas ¡las llaves! yo voy, ya regreso.  Presión 195 con amenaza a seguir subiendo, pues los Yos retrógrados, ahora sí, avanzan y amenazan con dominar tomar el poder.  !Oh! sorpresa, me controlo, algo nuevo en mí, !me controlo!.  Salgo para la botica.  ¿Ha visto algo señorita?, No señor, aquí no hay ningún paquete olvidado, Discúlpeme muchas gracias de todas maneras.  Me voy de regreso.

Son las cinco y el preparado aun no huele pues ni ha comenzado siquiera, Déjate de vainas Viejo y nos pedimos unas pizzas; insistió la prole hambrienta.  Las ordenamos y nos preparamos una buena ensalada para bajar la grasa mala con la que preparan las pizzas de la calle.

Mi Amor, mira lo que encontré.  Volteo y veo: el paquete "perdido".   ¿Quién lo bajó del carro?, Debe de haber sido uno de los chicos.  Ya no me mido la presión pues me muero del susto.  Pero me quedó una taquicardia con tembladera que requiere de una pastillita pues ya el yoga no ayuda.  ! Ah!, no hay nada mejor que un Domingo tranquilo, apacible, sin sobresaltos.  ¿Qué sería de la humanidad si no existiera la coramina?

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