"Quitame Gallero Traba"

“Quítame gallero traba” y así lo hicieron. Los dos gallos quietos, inmóviles al caer en la arena. Silencio absoluto. El más vivo, aparentemente, se puso a picotear el suelo aparentando comer, como no queriendo la cosa, mientras solapadamente acortaba distancia con el enemigo; este, inmutable al principio, optó por dar también un paso hacia el avivado; mas de pronto y sorprendiendo a todos, dio la espalda al gallo que enfrentaba. Un Ohhhhh general que presagiaba el pronto y fatal desenlace. Un gallero que se jala y reacomoda, instintivamente, pelos que no le importan un carijo en ese preciso instante. Como rayo, el primer animal optó por el ofrecido lomo en inmejorable oportunidad intentando clavar su cuchilla y terminar la faena. En acto que no califico, ahora, el gallo supuestamente entregado cambia la partida de defunción del día al dar otra gran y mayor sorpresa; como en estudiada coreografía acompañó a su avispado contendor saltando en el aire en unísono y acompasado movimiento. El primero en lo suyo, clavando su afilada cuchilla; mas clavó en la arena en el preciso lugar donde el otro había estado. Ni vio ya lo que la sorpresa le traería. El gallo que jugo a ser presa fácil abrió sus alas anulando el impulso con el que sus poderosas patas lo habían lanzado en su inesperada fuga, en esa encontrada inercia, en un momento que la memoria recoge como en cámara lenta, con fuerte cabeceo cambia la dirección del salto regresando con ayuda del peso de su cuerpo, el cierre de sus alas y sobre todo con una patada de karateca chino que señaló exactamente donde quiso aterrizar. Reenfiló así hacia donde había partido y donde ahora estaba totalmente desguarnecido su fiero rival. Clava y recorta como solo ellos saben hacerlo pasando sobre el ya difunto animal. Enmudeció el público ante el instinto que escapando de lo concebible alcanzaba el grado de razón. Estruendoso aplauso rompió el silencio intentando expresar nuestro asombro y reconocimiento a la inteligencia del bravo animal.

Ahí quedo uno de los gallos y con él, una de las enseñanzas que recibí de niño “el Hombre es el único animal racional sobre la tierra”. Amen, así sea, así pensaras. “Se vuelve cruda mentira lo que ayer fue tierna verdad/ hasta la tierra fecunda se convierte en arenal” canta el latino folklore.

Ese gallo sabía, recordaba, planeó su pelea, mató y ganó. Triunfo con el que el que seguramente logro realizar su sueño de joven pollón, ser el gran padrillo del galpón. Amo y señor del harén de lindas y preciosas vírgenes pollitas.

¿Hay una línea que divide el instinto de la razón ó son conjuntos que se intersectan generando un tercer elemento común? Que se yo, ya. Mas, lo que si doy por hecho es que el hombre no es el único animal que piensa y razona. Incluso hay momentos en que pienso que posiblemente en otra y desconocida realidad sea mas bien el hombre el único animal que aun no logra razonar.