Wednesday, January 11, 2012

Salud: Estrategia y tácticas.

Prevenir la enfermedad o esperar a que el mal llegue para curarlo es la primera disyuntiva que se presenta en el cuidado de nuestra salud. Dos tácticas distintas que no son excluyentes una de otra y que deben mas bien complementarse.


Louis Pasteur es considerado Padre de la Medicina Moderna por su valiosísimo descubrimiento de la penicilina, sustancia química mágica curativa y a la que muchos debemos el haber sobrevivido fatales infecciones. Si bien es muy merecido el honor por su gran contribución a la ciencia médica; el hecho en si, evidencia la priorización de la cura, de la que exagera la llamada medicina tradicional, sobre la prevención.


Sin embargo es creciente la conciencia sobre la necesidad de rescatar la táctica de la prevención como la primera y más eficaz para salvaguardar nuestra salud. El error de esperar por la enfermedad debe de ser corregido y superado. Individual y colectivamente. Mas para ello, es necesario dejar de ver el cuidado de la salud como un negocio más a explotar, dando paso a la estrategia de mantener al cuerpo sano alejándolo de indeseadas enfermedades.


La prevención es un árbol de muchas ramas de las que de todas podemos obtener sus frutos. Entre ellas, la alimentación es de vital importancia, al punto, de ser ya por muchos considerada como nuestra mejor medicina.


Desde la antigüedad las distintas culturas han descubierto y desarrollado el conocimiento del poder nutritivo y curativo de los alimentos, especies, y hierbas. Conocimientos que deben ser asimilados como base fundamental de la ciencia médica para avanzar con mayor eficacia en la lucha contra las enfermedades y epidemias que hoy nos diezman.


En el mantenimiento de la salud, tanto para la prevención como en la cura misma, es primordial que prime la tranquilidad en el individuo. Tranquilidad que permita al mismo organismo el poder, que por naturaleza posee, absorber lo bueno y eliminar lo malo. Son los desarreglos y desadaptaciones en el organismo humano lo que muchas veces propician el inicio de la enfermedad. El balance entre la mente y el cuerpo es indispensable para esta natural protección. Nuestro cuerpo responderá a la medida que se lo permitamos. Cada célula de nuestro organismo tiene capacidad de acción, no le neguemos nuestro conciente apoyo. Tan pronto nuestra conciencia alerte, nuestro organismo operará.


Prevengamos más para lamentar menos.

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